Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

viernes, 30 de julio de 2021

 

El amor al que aspiro.

Yo no quiero que seamos una pareja más.
No quiero que seamos una pareja con el nombre de pareja y que eso sea lo único que nos define y que nos une y que decimos que somos cuando hablamos de nosotras.
Yo quiero que lo que nos defina sea ser equipo. Ser un sumatorio irrepetible de momentos, de experiencias, de lugares y besos. Quiero que seamos una excepción que rompa todas estas reglas que alguien inventó. Quiero que seamos unión y fuerza. Debilidad y delirio. Que se nos peguen las sábanas y el cuerpo y cueste decir adiós hasta cuando es para ir al trabajo. Quiero que cuentes conmigo. Que el verbo contar se nos quede corto. Que seas conmigo. Quiero ser la que te ayuda a que tus alas se curen, a que tus pies se levanten, a que quieras bailar. Tumbarnos juntas en el sofá y que no haga falta hablar y que sea cómodo. El lugar favorito al que quiero llegar. Ser respeto y compasión, y mucha comprensión y mucho aprendizaje. Que nos una un hilo rojo de amor. Eso puede implicar que nos vayamos, pero que algo mucho más fuerte siempre nos haga querer volver a casa.
Quiero que no seas conveniente, que seamos todo lo contrario. Para que podamos gritar a los cuatro vientos que darnos la mano implica un tornado, una sacudida en el estomago. Ser desorden. Que se mueva todo a nuestro paso. Nuestras preguntas y nuestras respuestas. Ser lo opuesto a convencional. Podemos hacer un mapa de los lugares que no debemos pisar para no hacer daño, de los que tienen necesidad de ser acariciados, de los que nos pertenecen juntas y de los que son única e íntimamente propiedad de cada una y que eso no suponga un problema, al contrario. Tener presente siempre ese mapa, ir tachando lo que conseguimos mejorar, ir pintando en el lo que hemos edificado, y lo que hemos destruido para después recomponerlo o dejarlo así, y que al mirarlo nos sintamos más humanas, menos perfectas, porque también hay ruinas en nuestro mapa.
No sé que es el amor, porque el amor no puede explicarse, porque cuando quieres hacerlo se escapa entre tus dedos y antes de poder decir qué es ya corre por tus venas.
No sé que es el amor, pero sí sé lo que implica. 


jueves, 29 de julio de 2021

 

Escribir sobre la ansiedad me asusta mucho. 

Me cuesta.

Y no me siento capaz. Pero como siempre Elvira Sastre siendo la voz de todos lo ha conseguido. Quiero compartir sus palabras porque me permite sentirme menos sola. Y las comparto todas. Lo único que puedo añadir, y sin que sirva de justificación, es que siento mucho todas las veces que no pude estar a la altura y que la ansiedad me ganó y actuó en mi nombre. Lo siento de veras. 







 

Me siento a escribir en no sé muy bien que parte de Galicia. Hacer el camino es precioso, uno se siente lleno y sonríe mucho. Pero también hay momentos muy duros, donde piensas y reflexionas y hay cosas que aprietan y que acaban saliendo y por suerte salen.

Llevo como carga algo más pesado que mi mochila. Se llaman secuelas. Y son difíciles de curar y molestan y hablan. Hay un color negro que a veces reaparece en mi interior y me hace mucho daño. Es una sensación fría, me hace sentirme pequeña y quedarme sin voz. No puedo hablarlo con nadie porque no soy capaz, y quema mucho. Siento que me he creído que no se me puede querer cuando estoy mal, que no soy digna de que lo hagan cuando todo es feo y oscuro. Que en ese momento me van a abandonar y se acabó. Y es una sensación nueva, y no me gusta, quiero no sentir que es real. Es como un globo que crece que conforme crece lo malo en mi entorno es más probable que me abandonen. Que voy a tener que ser siempre un punto alto para que no se vayan, porque sino se van a ir. Nunca antes había sentido algo asi, sentir que puedo ser una molestia cuando mi mente no está bien, que no voy a poder volver a caerme nunca más porque si hubiese alguien junto a mí me soltaría la mano. Pero uno no puede estar siempre arriba y yo he tenido un tiempo tan difícil que no podía evitar caerme y apartarme, y alejarme,y hacerme ovillo. Yo no quiero que se vaya nadie cuando me cuesta ser yo, cuando me cuesta pedir ayuda, cuando no me quiero. Yo quiero que se queden y volver a volar cuando se me curen las alas. Pero siento que eso ya suena a imposible, y no me gusta que la vida me haya hecho sentir que no es posible que te quieran cuando tienes un problema mental y te diagnostican ansiedad y necesitas que te quieran más que nunca. Y que te hablen con cariño, y que aunque sea muy muy difícil, intenten entender que la cabeza es algo muy complejo y también enferma. 

Hoy me duele mucho sentir que puedo ser carga cuando la vida me duele. Yo quiero sentir que no soy carga sino que si estoy así entiendan que no me estoy dando ni un 20 a mi misma. Porque no lo tengo, pero con trabajo y cariño y paciencia todo se recompone. Y eso quiero pensar, y pensar que hay seres humanos tan buenos y que te quieren tanto que saben quién eres hasta cuando no pareces tú.

Por suerte, también me he topado con alguno.


miércoles, 28 de julio de 2021

 

Hay tanto ruido que me impide escuchar.

Siempre hay tanto ruido. Siento que la gente no se mira, la gente solo ve gente. La gente no sabe escuchar con los ojos, no sabe tocar sin usar las manos, me pone triste. Me entristece esta sensación de sentirme tan sola con la gente. A veces pienso que no pertenezco a este mundo. Que no soy de aquí. Que soy forastera. La gente siempre habla de lo mismo, dicen las mismas cosas, hablan de la ropa que quieren, de lo buenos que están, de superficialidades que me dan ganas de vomitar. No saben lo que quiere contarnos el agua cuando fluye, ni los años que pueden vivir los árboles, no ven hadas donde yo las veo. Y me pongo muy triste. Por eso me cuesta hilar conversaciones que no me interesan, y esas son las conversaciones que tiene la mayoría. Es una soledad persistente, solo veo lo mismo en todo el mundo, quieren llevar todos el mismo pelo, aumentar el número de likes, ligar por instagram. Nadie habla de sentimientos, de miedos, de sueños. Nadie habla de cómo brillan las estrellas, de los agujeros negros, de los libros que siguen estando dentro de su alma, y los rostros, y las caricias que aún siguen arañándoles el corazón. 

Me siento tan sola con la gente. Por eso no puedo estar con cualquiera, pero cualquiera es la mayoría, y entonces siento que no soy de este mundo,y entonces me pongo triste, y prefiero estar sola. Y cada vez paso más tiempo en mi mundo interior, y siento que nadie lo comprendería, y siento que a las personas no les interesa cuando les hablo de cómo suena el mar, o me pregunto cuánto tiempo ha pasado para que haya piedras en la orilla o porqué me dan ganas de comerme las nubes. 

Veo a la gente y todos hacen lo mismo. Y quiero correr pero no sé hacia dónde. Quiero encontrar un lugar donde todo eso no importe e importe lo que de verdad nos toca el corazón y se queda en el alma. Y me vuelvo a sentir sola. En esta carrera permanente que tienen los demás por hacer lo que todos, por tener lo que todos y por lucirlo. Y entonces siento que no puedo ser yo, porque ser yo implica no interesar porque yo no quiero las mismas cosas, yo quiero saltar en los charcos, no quiero meterme en casa cuando llueve sino salir a mojarme. Se me pone un nudo en la garganta. Y me hace llorar. Me da miedo no volver a tener un sitio que sentir casa, una mirada que me haga sentir que por fin puedo descalzarme y hablar de todas esas cosas mientras estamos en silencio.


 

No te espero pero te pienso
Te pienso cuando no pienso en nada porque estás aquí, muy dentro.
No quiero esperarte pero te espero.
Hago como que no te espero cada día para dejar de esperarte.
Y espero así conseguir dejar de esperarte.
Pero que le vamos a hacer, no tengo remedio.
Supongo que cuando el dolor se va lo que queda es extrañar.


 

Posdata:

Aún te echo de menos

-voy mejorando-;

echarte de menos es menos

que irte necesitando.


Gloria Fuertes 



domingo, 25 de julio de 2021

sábado, 24 de julio de 2021

 

Yo siempre he sido esa chica.
La que se sube la falda borracha y le enseña el culo a un policía.
La que se depila en el banco de un parque y la opinión de los demás le sabe a rancio.
La que se subía a tarimas y por poco se quedaba sin ropa.
La que cogía aviones y volaba y descubría. La que ha conocido a gente de tantos países y ha reído con ellos.
La que siempre ha salido corriendo a última hora a las estaciones porque de milagro no pierde el tren.
La que ama hacer cosas sola y disfruta conociéndose más y de su propia compañía.
La que ha cantado en karaokes, dormido en aeropuertos, llorado de la risa, besado como si no hubiera un mañana, y ha escrito como si tampoco lo hubiera.
Se me había olvidado joder, se me había olvidado por culpa de esta pandemia.
Y ahora lo recuerdo, y me veo, y joder soy yo otra vez. Y me doy cuenta de cómo me afecta que me limiten mi libertad, cuánto me ha afectado todo este año. Cuánto necesitaba este tiempo sola, para curarme del daño, de lo que me ha repercutido esta situación horrible, esta pandemia. Y sigo cuidándome y curándome y sé que estoy cerca. Y abro la jaula donde me encerró el covid, y estoy fuera y estoy conmigo, y me miro al espejo y me reconozco otra vez, como antes de todo esto, y joder eran las mejores vistas que podría haberme dado a mi misma en este momento. Y tengo delante una caja de sorpresas que se llama futuro, que no sé adónde me puede llevar, pero si se que estoy conmigo, con Camino, y ya no estoy asustada, no tengo miedo de lo que me rodea como lo he tenido este año, y me siento contenta de que haya gente que siga aquí para seguir disfrutando juntos, y aprendiendo, y queriendonos mucho.
Por supuesto que creo en los reencuentros. Acabo de volver a verme otra vez, y estoy preciosa.


jueves, 22 de julio de 2021

 


                   La poesía está en todas partes.

                   Ella nunca se va.


 

Está bien perderse.

Está bien caerse y que te salgan rasguños.

Está bien reconocerte en todo lo que haces, hasta cuando te gusta un poco menos.


Está bien equivocarse. Algunos lo entenderán y lo perdonarán. Otros no. No pasa nada. Es correcto cruzarse con todo tipo de formas y sombras.

Está bien dedicarte todo el tiempo que necesitas. Para ti. Para volver a ser tú, a rechazar tus miedos, a mejorar tus inseguridades, a aprender a ser mejor persona, a recuperar tu esencia.

Está bien saber vivir sin compañía. Siendo uno. Saber ser uno y respirar. Ser feliz siendo uno. Creo que la vida quiere que sea yo conmigo, que me conozca mejor, que me respete, que me de más responsabilidad a mi misma, que valore, que me recupere de tanto derrape.

Está bien perdonar. Dar segundas oportunidades, y terceras y cuartas. Yo si que creo en las oportunidades para todo y para otros. Sino me pongo a hacer cuentas de las que me he dado a mí misma...

Está bien tener miedo. El que nunca tiene miedo no es un valiente. Valiente es el que siente el miedo y cuando está preparado lo enfrenta. Eso sí que tiene valor. Como el que presta lo que tiene cuando está en números rojos.

Está bien no saber qué va a pasar. La incertidumbre es correcta. Es un ingrediente intrínseco de la vida. Que dispara al pecho para que asuste. Y yo no sé que va a pasar conmigo. No sé que me depara la vida. Las nuevas personas con las que voy a tener que compartir todos mis días, mi nuevo barrio, mi nueva vida. Y eso se llama incertidumbre, y la reconozco, y la acepto.

Está bien que te fallen. A veces no estamos a la altura y no lo están con nosotros. Somos errantes. Y somos libres, y eso incluye fallar. Y eso también incluye ver qué somos cuando nos fallan. Y eso incluye ser o no persona merecedora de muchas cosas. Y eso incluye aprender. Y saber distinguir, y poder comparar con otras cosas que has conocido, y con ello darte cuenta de que no has sido lo mismo para todos, y que si alguien no ha sabido cuidar lo que eres cuando tu no lo cuidas, la vida ya te mostró como otro si lo hizo. Eso alivia. Porque sabes que el problema no solo eres tú. Tú eres un cúmulo de errores, de torpezas y de circunstancias. Pero no eres únicamente el problema. Y eso está bien.

Está bien ser autocrítico. Hablar contigo, como yo hago, en voz alta muchas veces. Razonar con tu mente, rectificar, porque aunque no siempre sea a tiempo, aunque no siempre te esperen y ya no importe, rectificar es de sabios. Y está bien señalar a otros pero sólo si antes te has señalado a ti.

Está bien vivir.


miércoles, 21 de julio de 2021

 

"Pero te quiero, ojalá lo entiendas, siempre te quiero, pero a veces mis abrazos no tienen calor

y mi boca no sabe que decir...

Pero te quiero, siempre te quiero,

cuando no te convengo, cuando no me soportas, cuando te odio, te quiero."


Alejandra Pizarnik



Qué significa el amor

 


De qué me sirve el ímpetu 

sino sé entender la frenada en la que 

también eres tú,

en la que también soy yo para 

lamerte las alas.




domingo, 18 de julio de 2021

 

Me veo a mí. Sentada frente a un acantilado rocoso, hay un atardecer y me gusta mirarlo. Hay olas que rompen en la orilla y rocas, y piedras. Miro al horizonte para mirarme a mí. Y pienso. 

Pienso en todos estos días, en todos estos meses, en este año tan negro y tan frío. Pienso que empezó lleno de nieve para traerme una ventisca de desesperanza y de miedo al corazón. Pienso en todas y cada una de esas cosas que me han ido erosionando igual que a la roca que tengo en los pies. 

Me veo a mí con dos maletas, resbalandome por las calles de Madrid, buscando un hueco a duras penas para poder tocar el sueño de tener a quien quiero cerca otra vez. Y al final me caí al suelo, resbale con las maletas y me llené de nieve. Alguien más listo que yo supo aprovecharse de mí y perdí más motivación que dinero. 

Me veo con unos cascos en las orejas, renunciando a lo que he dedicado tantos años, a mi pasión y lo que me gusta. Me veo frente a un ordenador y escucho cómo me insultan, cómo me gritan o incluso cómo se hacen una paja. Y me voy a mi casa. A veces me río, otras salgo llorando.

Me veo alejada de mi libertad, de la independencia por la que tantos días pasé en el metro, a la que he apreciado y me ha dado muchos de los mejores momentos de mi vida. Me veo en casa de mamá, llegando de trabajar. Sabiendo que mañana será lo mismo, que atrás han quedado tantas cosas.

Me veo cada vez más apagada, me veo triste y frustrada. Me veo pequeña. Me veo a mí vacía de todos mis sueños, apartada de la libertad que me hace ser yo. Que me hace ser feliz.

Me veo llorando en un banco, veo como alguien que quiero se marcha. Lo respeto, qué responsabilidad puedo dar a nadie cuando no me la puedo dar ni siquiera a mi misma. Y vuelvo a llorar. En estos momentos no por favor, es cuando más te necesito, me escucho pensando. Yo no me habría ido así si tú estuvieras así, probablemente te habría querido más que nunca porque quiero que sientas mi mano cuando no sientes la tuya. Pero sí, y con ello se va un proyecto que jamás fue proyección.

Me veo, veo todos estos derrapes, veo el tiempo que me han robado, veo los sueños atrapados en jaulas que no tienen llave. 

Intento hacerme más fuerte. Creer que hay maletas que si que llegan para instalarse, que si que vales para dedicarte a lo que más te gusta, que eres más que válida. Pienso que si que hay alguien que en esta situación te habría entendido, que no te habría abandonado. Pienso en cómo de fuerte hay que ser, y no lo soy, pero intento aprender cada día a serlo más y más y más.

Y ahora miro mis pies, y estoy sola, absolutamente sola, no quiero que nadie se siente conmigo a curarlos. No quiero que nadie tenga que hacerlo. Quiero hacerlo yo sola para cuando yo quiera ponerlos en donde el destino me diga. Miro mis pies y pienso en todo lo que me va a pasar en poco tiempo más. En volver a salir de esta ciudad que detesto, volar, ser libre para volver a ser yo otra vez. Y me cuesta hasta creérmelo. 

Jamás un suelo había estado tan frío.



miércoles, 14 de julio de 2021

 

Mi madre. El amor de su vida anoche me escribió. Y lloré. Supongo que hay amores que ni el tiempo borra.


"Te contaré un secreto: tu madre y yo hacíamos ésas cosas. Las veces en las que nos peleábamos decidíamos quedar si llovía, por ejemplo, si no, no. A veces incluso quedábamos para no hablar y lo conseguíamos durante horas. Si te cuento esto es porque me recuerdas profundamente a tu madre"



martes, 13 de julio de 2021

lunes, 12 de julio de 2021

domingo, 11 de julio de 2021

 

Definición del silencio:

Hoy te vi vulnerable. Te vi llorando y me puse a llorar. Te vi siendo humano, con la carne mordida y los huesos rotos. A ti, que eres parte de mí, de mis éxitos y mis fracasos. Que formas parte de mis sueños y mis recuerdos. Que eres la parte de mí que quiere salir a la luz para protegerte de cualquier cosa que pueda hacerte daño. Qué bonito es quererte de esta manera, y es que yo si quiero no sé hacerlo si no es de verdad. Qué bonito es que sepas entender que no exteriorizarlo todo siempre, no es que no se sienta, sino que lo guardas tan dentro de ti, porque tienes miedo a que lo rompan y con ello también te rompan a ti. Pero tú me conoces, sabes perfectamente quién soy, y me quieres, y por eso no puedo quererte de otra manera que no sea como mi hermano. 

Puede que hayamos compartido uno de los momentos más inolvidables detrás de todas esas lágrimas, porque llorar también es querer. Y en mitad de todo ese ruido camuflado de silencio, paseando por uno de los sitios que más me gustan de Madrid, viéndote ser tú, estar vivo, viendo como se te desplomaba el mundo y el alma, no quise decirte nada, quise dejarte sentir, sentirte a ti, tu dolor y tu rabia. Te vi entonces queriendo de manera pura y me pareció como una luz me reflejaba en los ojos, por darme cuenta de que aún queda más gente que quiere así. Y entonces, en medio de todo ese barullo, de todo ese ruido que llevabas dentro de ti, compartiendo juntos este silencio que no quería romper porque es a ti a quien te pertenecía, te di la mano, me la apretaste fuerte, paseamos en silencio, y enfrente del Palacio Real me di cuenta de que a veces, dos corazones rotos pueden sentir calor si se acercan en silencio, sin palabras. Y fue en ese momento, cuando sin pretenderlo, acabamos de construir un recuerdo esencial al que poder volver siempre.

Te quiero, Iván.



jueves, 8 de julio de 2021

No sé ni lo que he escrito

 

Estoy sentada en un banco frente a uno de los sitios donde estuve contigo. Puede sonar masoca, y realmente es curiosa la razón que me ha traído hasta este lugar. Siento como la sangre cubre la madera y me siento más vacía.
Me duele no saber quién fuiste. Puede que sea una de las cosas que más me duelan. Me duele cada una de las pocas cosas que sé de ti que me corroboran que no se con quien compartí parte de mis sueños y mis miedos. Me gustaría pensar que estás son las ultimas palabras que tengo para decirte, pero lo mío no es el autoengaño y no va a empezarlo a ser ahora. Me duele la cabeza de llorar pero creo que me duele más el pecho de sentir que mis lágrimas no merecen la pena. De sentir que tu fuiste de verdad para mi, y yo fui una más. Que ha sido tan sencillo para ti cerrar el que para mi es uno de los capítulos más especiales de esta historia que es mía. No quiero que eso le quite peso, pero irremediablemente lo hace, y me da mucha pena. Y pienso en la manera en la que nos conocimos, y me parece tan curioso que justo sea la misma manera que has utilizado para decirme adiós, y para decir otro hola, que siento que para ti no significo nada abrirme la puerta porque es tu modus operandi. Que hacer creer que alguien es especial es tu triste manera de sentirte menos sola. Yo pensé que no fuimos una casualidad, ni un momento, ni una coincidencia. Has hecho que piense todo lo contrario, que tenga claro que lo que yo fui para ti fue porque era lo que ti necesitabas que fuese alguien, que por eso ahora llamas a otra persona como me llamabas a mi en apenas poco tiempo. Y no sé quién es más triste, si yo queriendote, o tú que haces de los vínculos una bola que tirar a la basura y ya esta. Me duele estar escribiendo un libro, estar acabandolo, y que en una de las páginas vaya a quedar escrito "fui tan liviana, que en un pestañeo tuyo yo ya era ayer".
Intento pensar que cuando uno está quemado, es capaz de hacer estas cosas, pero no te imaginas lo quemada que yo estaba contigo y conmigo misma, y aquí sigo, enfrente de este sitio pensando que significó para ti. Y me jode porque no se que más necesito que me digan, de que más necesito enterarme para que no seas nada. Me duele haber creído que nuestra historia era especial, haberme creído tus palabras, haber llegado a pensar que conmigo sería distinto, cuando en el fondo siempre supe que conmigo serías igual. Que tu manera de hacer conmigo las cosas iba a ser exactamente igual que la que vi que tomaste cuando te conocí con otra persona, ¿qué me convierte a mi en diferente?
Y sigo mirando este sitio, y no sé ya con quién estuve cuando estuve aquí. Quizá con la intensidad de un momento, con algo pasajero, con alguien que necesitaba lo que yo le estaba dando.
Como iba a ser yo especial, cuando para ti, tu manera de despedirte se resumió en cuatro líneas en un mensaje. Que tiene eso de especial.
Y siendo sincera, no me duele que ahora le digas lo mismo a cualquier otra persona, sino darme cuenta que esa cualquier otra persona en otro momento fui yo.
Ojala te vayas pronto de aqui, de mí, ojalá lo hagas.
Si hablamos de aprender, nunca antes había puesto en duda lo que yo había sido para alguien. Espero que quede la lección aprendida, no necesito volver a sentir esto otra vez.


sábado, 3 de julio de 2021