Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

viernes, 15 de abril de 2016



Siempre se ha dicho que las mayores inspiraciones vienen en los momentos más oscuros. Y que gran verdad. Y es que a veces te hace falta sentirte desolado, para pararte a pensar en todo. Y en este caso en los porqués. Porque llevaste a cabo algo y porque no lo hiciste. Porque dejaste de hacer lo que querías por hacer lo que necesitabas. Porque te levantabas cada mañana y porque te costaba dormir otras tantas noches. Porque dejaste atrás lo que dejaste, dijiste lo que dijiste y callaste lo que más ansiabas decir. Te paras a pensar en porque a veces las horas podían parecer eternas y otras veces a penas transcurrían en pocos segundos. Piensas en lo que guardaste por miedo o por tener simplemente una pequeña esperanza en que todo podía salir bien, en que quizá esta vez podría ser diferente. Te paras, y piensas en que no hay nada que te corrompa por dentro, porque todo lo que tenías que soltar salió y solo se quedó dentro aquello que simplemente te concierne a ti.  Piensas en el porque de las lágrimas que lloraste, en las que lloras y en las que sabes que acabaras por llorar. Y entonces te paras en el porque más importante de todos:

Porque siempre fui como soy, porque no hay nada que pueda decir que ya no haya dicho, porque nunca mantuve nada escondido en la conciencia, porque simplemente di todo lo que podía dar de mi. Porque no tienes nada que te impida sentirte seguro de tus actos, porque sabes que nada en tu interior te grita que lo echaste todo a perder. Y entonces sabes el porque me quiero más a mi de lo que jamás pude llegar a quererte a ti.






Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido


                                               Mario Benedetti


lunes, 11 de abril de 2016



El fin es la vida misma. Sin fin no hay principio, no queda la lección aprendida. El final forma parte de la vida, porque si algo acaba hoy es porque en su día ese algo comenzó, a raíz de otro final. Y lo que ahora acaba, es un comienzo en otro lugar, en otra parte. El final, a fin de cuentas, es un requisito para empezar otra  página en blanco. Sin final nada empieza de nuevo.