Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

lunes, 12 de octubre de 2020


Hay días que mantienes en la mente como si el tiempo no hubiera pasado por ellos. Recuerdo las paradas de metro y mirar mi reflejo en el espejo. Arreglarme el pelo y pintarme los labios. Recuerdo tu parada, las escaleras, mis ganas y mis nervios. Recuerdo salir a la calle, buscar el tabaco en el bolso. No encontrarlo. Mirar en el bolsillo. Encontrarlo. Recuerdo encenderme un cigarro en la esquina de tu casa. Recuerdo cruzar la calle y ver la terraza donde habíamos quedado. Sé que llegué tarde. En realidad llegué muy tarde. Recuerdo verte a lo lejos. Recuerdo tu cerveza en la mesa y tu presencia ausente. Recuerdo verte leer un libro mientras me esperabas. Recuerdo acercarme y que no me vieras. Recuerdo que me miraste y me dijiste que como podía estar tan guapa. Recuerdo besarte. Recuerdo hablar de política y de sueños, de la vida, de ti y de mí. Recuerdo tu olor en mi camisa. Recuerdo las cervezas que no me dejaste pagar. Recuerdo ir al baño y querer darme prisa para seguir escuchándote. Recuerdo sentirme vida. Recuerdo levantarnos. Recuerdo ir al súper. Recuerdo cenar en tu cama y quedarnos con hambre pero no con las ganas. Recuerdo quedarme dormida y no soñar. Recuerdo despertarme y empezar a hacerlo. Recuerdo tus manos en mi cuerpo, tu boca en la mía. 


Pero sobre todo, recuerdo volver a casa con ganas de más.