Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

jueves, 11 de abril de 2019


Las personas que te quieren te critican a la cara y te defienden a las espaldas.
Y por desgracia... Te quiero


lunes, 8 de abril de 2019



Una de las peores piedras que puedes arrastrar a la espalda, y que no te va a soltar nunca porque vivirá contigo, es esa piedrecita que cabe en cualquier bolsillo pero pesa toneladas. Esa piedrecita que tiene un "¿Y si?" grabado. Y lo peor de todo, un "¿y SI?", escrito por nosotros mismos.
Si de hecho tomar decisiones es difícil, no tomar ninguna es aún más complicado. Probablemente ese tren que no cogiste, ese lugar al que no acudiste o ese beso que preferiste no dar, pesen mucho más, que el tren al que subiste a tiempo, ese lugar al que te presentaste puntual o ese beso que más que un beso fue una locura.
Todo aquello que no hiciste, que no haces, e incluso que no harás y que deseas, se quedará plantado dentro de ti, y crecerá una planta fuerte que no se marchitará ni aunque dejes de regarla. Una planta que vive de los arrepentimientos más banales del ser humano. Que vive como ese "¿Y si?" y que se queda ahí junto a todas esas dudas sobre cuan diferente habría sido todo si, simplemente, hubieses hecho algo demasiado simple: Lo que verdaderamente querías.
Es muy típica esa frase que dice; "es mejor arrepentirse de lo que hice a lo que no". Pero es que a veces en las ideas más repetidas y conocidas por todos, esta el quid de la cuestión:
Nunca, por muy mal que te salga, vas a arrepentirte de hacer algo que realmente querías.


jueves, 4 de abril de 2019


Si al menos te veo en mis sueños solo pido que sea en los que da rabia no seguir durmiendo


lunes, 1 de abril de 2019



Has estado viviendo tanto tiempo dentro de mi que ya te consideraba algo intrínseco de mi persona. 
Tu hacías lo que querías conmigo y a mi me gustaba que lo hicieras. Me decías a tu manera lo que podia y no podia hacer, y yo, te creía. Hemos vivido juntos tantos años, que nos hemos hecho el uno al otro hasta hacernos uno. 
No contabas con que eso no iba a durar para siempre. Con que no siempre iba a saber que en el fondo tu no eras yo, sino que estabas en mi. Hasta que te vi por primera vez y supe que tu vivías en mi sin ni siquiera haber sido invitado. Entonces te miré y me asuste tanto que quise salir corriendo, coger el primer avión rumbo a ninguna parte donde tú no pudieras encontrarme. Pero descubrí que no podía huir de algo que vivía dentro de mi. Así que me di cuenta de que tenía que sacarte como se saca el veneno. Has querido hacerme dudar cuando más fuerte me has visto, porque veías que donde estaba tu lugar estaba empezando a implantarse la seguridad y la valentía, y entonces has sido tu quien has sentido lo que tu a mi por mucho tiempo me has hecho sentir. Miedo. 
Ahora te tengo aquí, a veces sentado a mi lado y te miro con una mueca en la cara diciéndote que nunca más vas a ganar ninguna partida, que cada cosa que hago en la que te voy superando me siento más y más fuerte. 
Así que vete haciendo las maletas porque en este corazón ya no queda ningún sitio para ti.