Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

lunes, 7 de marzo de 2016





Porque no son los trenes que cogerías, sino los que perderías.

                                                     Esa es la diferencia.




martes, 1 de marzo de 2016





Exceso de piezas en un tablero con escasez de espacio. Dar un paso resulta ya imposible independientemente de la dirección que se tome, pues hay tanto estorbando que no es factible seguir con la partida.  Demasiadas trampas han acabado por determinar el resultado del juego. Juego sucio preferible al "limpio", pues el sucio ya esta sentenciando por el incontable número de manchas, sin embargo el "limpio" es pura fachada. No pinta bien, esto parece que ya está perdido, que no hay más trucos para seguir jugando a intentar ganar, pero a perder siempre. Pero esta vez algo ha cambiado. Ya no se ve tan oscura la opción de rendirse, al contrario, se ve más brillante de lo que nunca fue. Por primera vez es hasta sugerente la realidad de comenzar a jugar a un juego distinto, en el que si se juega con ventaja sea merecida y no otorgada. 
Y entonces empiezas a entender que no es necesario perder más partidas para conseguir la victoria, que la victoria nunca podrá obtenerse en un lugar donde nadie este dispuesto a perder por ti para que seas tu el que ganes.