Todo le transporta, su mundo ya no es este, detesta tener que volver tan solo un segundo más, pide bajo este cielo azul celeste, no quiero irme de esta habitación para dos almas que son libres.
miércoles, 30 de marzo de 2022
martes, 29 de marzo de 2022
lunes, 28 de marzo de 2022
Sácame a bailar.
Que el suelo de Madrid esta noche se pise más fuerte que nunca. Podemos inventarnos quiénes somos. Podemos ser quienes queramos ser. Bésame con la mirada y déjame hacerlo a mí con la boca.
Sácame a bailar.
En esa sonrisa puede caber todo lo que tú quieras esta noche. Te la regalo. Te regalo esta noche, hoy eres dueña de todas mis estrellas.
Sácame a bailar.
Respírame. Puedes recorrerme. Tú decides cómo, yo te dejo. Estalla. Estréllate, contra mí. Más cerca, más fuerte. El ritmo lo marcan los pies. Solo este instante.
Sácame a bailar.
Vamos a bebernos las ganas de vivir. Podemos pararnos en cada farola, a mí la falda me pesa. Me he dejado las uñas en alguna espalda, pero aún me quedan dientes.
Sácame a bailar.
Aquí, ahora. Espera un minuto. Está saliendo el sol. Se apaga el sueño. No me has dicho tu nombre y no hace falta. Espera un minuto, aún estoy temblando. Espera un minuto, solo uno más.
Ese ruido me despierta. Los ojos abiertos.
No me dio tiempo a saber cómo te llamas.
domingo, 27 de marzo de 2022
sábado, 26 de marzo de 2022
viernes, 25 de marzo de 2022
Aquellos fines de semana en los que estábamos todos los amigos, con la juventud viva y repleta de ganas de comernos la noche y el mundo.
Que acabábamos bailando todos juntos, borrachos con los ojos cerrados. Que absolutamente toda la vida se concentraba en ese instante de subidón extremo.
Aquellos fines de semana. Aquella pandilla que fuimos y que siempre seremos. Todas las veces que nos quedamos sin aire de tanto reír. Aquellos abrazos en los que decíamos cuánto nos queríamos pero de verdad, sin censura, con el corazón despierto.
Los besos en la boca en cualquier baño. Y qué más daba.
Es lo mejor de los recuerdos, que puedes volver cuando quieras y volver a sentirlo todo otra vez. Llamarlos a todos y decirles “os acordáis de cuando…” y que al otro lado del teléfono siempre se oiga una risa, un suspiro y un silencio que significa: gracias.
domingo, 20 de marzo de 2022
jueves, 17 de marzo de 2022
No sé en qué momento dejé de saber llorar.
Empecé a sentir un nudo que no arrancaba y se quedaba ahí, apretándome, retorciéndose como un lagarto recorriendo mi tráquea , desperezándose, llenándome la garganta de aire, de aire pegajoso que se restriega por las paredes que recorren lo más profundo de mí.
Se levanta un huracán y no se mueve, solo da vueltas y más vueltas, lo sacude todo y me deja así, inmóvil frente al llanto, seca frente a la lágrima.
Ahora no sé llorar.
Si alguna vez mi cuerpo no puede contener el agua que soy, se me escapa una humedad que no le hace justicia a esa mano de santo que supone arrancar la piel muerta a pedazos, solo se humedecen, paralizados los ojos.
Llorar es una de las cosas más esenciales de nuestra existencia porque limpia. Sin lágrimas hay partes del alma que se ensucian, que se quedan oliendo a muerto.
Me gustaría volver a ser capaz de llorar como una niña. Hacerme un ovillo en la esquina del baño de mi casa y arrancar el motor de mi mar. Desprenderme del nudo cuando aparece, arrugarlo y lanzarlo tan mojado como mi cara.
Creo que una parte de ti está muerta cuando no puedes llorar.
martes, 15 de marzo de 2022
Hay personas que han tenido que venir a mi vida para presentarme a otras y eso es lo mejor que han hecho por mí.
Hay personas que me han regalado algunos de los momentos más felices y por consiguiente, algunos de los recuerdos más potentes.
Hay personas que han tenido que venir a mi vida para regalarme una noche y después irse, porque realmente todo aquello que podía unirnos estaba concentrado en ese momento.
Hay personas que han tenido que venir a mi vida para desmontar mi estructura mental y dejar de decir yo nunca haría eso para decir lo he hecho.
Hay personas que han venido a mi vida para hacerme sentir. Independientemente del qué. Sentir.
Hay personas que han venido a enseñarme a vivir, a aprender cosas tan importantes como que formamos parte de una gran impermanencia que lo define todo, que muchas veces, la vida no es justa.
Hay personas que han venido a mi vida a quererme. Sin preguntas. Que me han querido sin respuestas.
Hay personas que han venido para irse pronto y otras que han venido para quedarse a pesar de cualquier otra cosa.
Hay personas que han venido a cambiarme, a hacer de tu recipiente un cuenco cada vez más lleno, y también cada vez más vacío.
domingo, 13 de marzo de 2022
Si me preguntaran cuál es el precio más alto que he pagado jamás, diría que el de intento de escritora.
Diría que sólo el que escribe sabe lo caro que resulta. Emocionalmente hablando. Diría que no es fácil encontrar un lugar para una piel sensible en un mundo que se empeña por lo contrario.
No es fácil, no. Hay que desperezarse cada día contra la crudeza para poder vivir. Diría que es complicado caminar descalzo siempre sobre las emociones. Pero también diría que me salva cada día, que igual que conozco las cavidades más abruptas, me eleva a lugares que contemplan la caricia como el arte que nace del que cuando hace pie llega a las nubes.
Es como permitirte mirar a través de los disparos que sientes que tienen otras pieles que han aprendido a vestirse para que, el mundo, no los señale. Escribir es darle a todos esos huecos el lugar que merecen, se trata de no señalar con el dedo sino de puntear con voz y sin ruido, que en un poema cabe todo lo que no lo hace en ti
sábado, 12 de marzo de 2022
domingo, 6 de marzo de 2022
sábado, 5 de marzo de 2022
viernes, 4 de marzo de 2022
jueves, 3 de marzo de 2022
No puedo dejar de ser desconfiada cuando he visto cómo pueden llegar a despreciarme hasta el punto de decir “esto me duele” y que parezca silencio.
Cuando he visto hasta donde puede llegar una persona que te quería. A no tenerte ni el mínimo de educación que no es que merezca yo, sino que merece el tío que está cruzando ahora mismo la calle.
Que yo ahora me sienta invisible, no, no es casualidad.