Hay personas que han tenido que venir a mi vida para presentarme a otras y eso es lo mejor que han hecho por mí.
Hay personas que me han regalado algunos de los momentos más felices y por consiguiente, algunos de los recuerdos más potentes.
Hay personas que han tenido que venir a mi vida para regalarme una noche y después irse, porque realmente todo aquello que podía unirnos estaba concentrado en ese momento.
Hay personas que han tenido que venir a mi vida para desmontar mi estructura mental y dejar de decir yo nunca haría eso para decir lo he hecho.
Hay personas que han venido a mi vida para hacerme sentir. Independientemente del qué. Sentir.
Hay personas que han venido a enseñarme a vivir, a aprender cosas tan importantes como que formamos parte de una gran impermanencia que lo define todo, que muchas veces, la vida no es justa.
Hay personas que han venido a mi vida a quererme. Sin preguntas. Que me han querido sin respuestas.
Hay personas que han venido para irse pronto y otras que han venido para quedarse a pesar de cualquier otra cosa.
Hay personas que han venido a cambiarme, a hacer de tu recipiente un cuenco cada vez más lleno, y también cada vez más vacío.