Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

domingo, 13 de marzo de 2022

 

Si me preguntaran cuál es el precio más alto que he pagado jamás, diría que el de intento de escritora.

Diría que sólo el que escribe sabe lo caro que resulta. Emocionalmente hablando. Diría que no es fácil encontrar un lugar para una piel sensible en un mundo que se empeña por lo contrario. 

No es fácil, no. Hay que desperezarse cada día contra la crudeza para poder vivir. Diría que es complicado caminar descalzo siempre sobre las emociones. Pero también diría que me salva cada día, que igual que conozco las cavidades más abruptas, me eleva a lugares que contemplan la caricia como el arte que nace del que cuando hace pie llega a las nubes.

Es como permitirte mirar a través de los disparos que sientes que tienen otras pieles que han aprendido a vestirse para que, el mundo, no los señale. Escribir es darle a todos esos huecos el lugar que merecen, se trata de no señalar con el dedo sino de puntear con voz y sin ruido, que en un poema cabe todo lo que no lo hace en ti