Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

miércoles, 28 de julio de 2021

 

Hay tanto ruido que me impide escuchar.

Siempre hay tanto ruido. Siento que la gente no se mira, la gente solo ve gente. La gente no sabe escuchar con los ojos, no sabe tocar sin usar las manos, me pone triste. Me entristece esta sensación de sentirme tan sola con la gente. A veces pienso que no pertenezco a este mundo. Que no soy de aquí. Que soy forastera. La gente siempre habla de lo mismo, dicen las mismas cosas, hablan de la ropa que quieren, de lo buenos que están, de superficialidades que me dan ganas de vomitar. No saben lo que quiere contarnos el agua cuando fluye, ni los años que pueden vivir los árboles, no ven hadas donde yo las veo. Y me pongo muy triste. Por eso me cuesta hilar conversaciones que no me interesan, y esas son las conversaciones que tiene la mayoría. Es una soledad persistente, solo veo lo mismo en todo el mundo, quieren llevar todos el mismo pelo, aumentar el número de likes, ligar por instagram. Nadie habla de sentimientos, de miedos, de sueños. Nadie habla de cómo brillan las estrellas, de los agujeros negros, de los libros que siguen estando dentro de su alma, y los rostros, y las caricias que aún siguen arañándoles el corazón. 

Me siento tan sola con la gente. Por eso no puedo estar con cualquiera, pero cualquiera es la mayoría, y entonces siento que no soy de este mundo,y entonces me pongo triste, y prefiero estar sola. Y cada vez paso más tiempo en mi mundo interior, y siento que nadie lo comprendería, y siento que a las personas no les interesa cuando les hablo de cómo suena el mar, o me pregunto cuánto tiempo ha pasado para que haya piedras en la orilla o porqué me dan ganas de comerme las nubes. 

Veo a la gente y todos hacen lo mismo. Y quiero correr pero no sé hacia dónde. Quiero encontrar un lugar donde todo eso no importe e importe lo que de verdad nos toca el corazón y se queda en el alma. Y me vuelvo a sentir sola. En esta carrera permanente que tienen los demás por hacer lo que todos, por tener lo que todos y por lucirlo. Y entonces siento que no puedo ser yo, porque ser yo implica no interesar porque yo no quiero las mismas cosas, yo quiero saltar en los charcos, no quiero meterme en casa cuando llueve sino salir a mojarme. Se me pone un nudo en la garganta. Y me hace llorar. Me da miedo no volver a tener un sitio que sentir casa, una mirada que me haga sentir que por fin puedo descalzarme y hablar de todas esas cosas mientras estamos en silencio.