Todo le transporta, su mundo ya no es este,
detesta tener que volver tan solo un segundo más, pide bajo este cielo azul celeste,
no quiero irme de esta habitación para dos almas que son libres.
Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.
CVL
miércoles, 27 de abril de 2011
La imposibilidad empieza en nosotros mismos. ¿Imposible? Imposible es morirte sin haber visto una casita volando por el cielo.