Puede que no haya sido la mejor niña del mundo. Puede que haya sacado mis defectos más a relucir que nunca estos últimos meses. Puede que haya pecado de injusta, y quizás de egoísta. Pero son días en los que la gente pide cosas, en los que los niños piden juguetes, las mujeres perfumes. Yo también quería pediros unas cuantas cosas, difíciles de encontrar en un escaparate. Quería pediros que no desaparezca ni un segundo mi esencia, que pase lo que pase, siga siendo como soy, con lo malo y con lo bueno. Quería pediros el tiempo de personas que se curren algo por mi, una sorpresa, un detalle o un secreto, eso no me importa, simplemente la mitad de lo que me he trabajado yo, que ahora lo hagan aquellos que recibieron de mi, para mi. También quería pedir, y muy importante: No perder nada de lo que quiero, pues creo que no existe mayor dolor posible. Quería pedir no decepcionar a nadie, pues jamás querría conseguir algo así. Quería pedir algo más de fortaleza, y quizás dureza, aprender a decir no, no me vendría nada mal. Quería pediros ser algo mejor como persona cada día, y un gramo más de esperanza cada sesenta minutos. Me gustaría pedir que nadie me olvidase, ni hoy, ni mañana, ni dentro de cien años. Por pedir, pediría un mundo más sencillo, un mundo más igualitario, un mundo en el que no haya barreras, diferencias, ni fronteras, sonará demasiado utópico; Un mundo en el que todos seamos iguales. Quería pedir que los días en los que no tenga fuerzas, en los que me cueste seguir, una varita mágica roce mi hombro, y vuelvan por arte de magia. Por último, y por si sirve de algo, siempre me gusta dejarme lo más importante para el final: Me gustaría ser totalmente valiente, para enfrentarme a cualquier cosa que existe o que pueda llegar a existir.
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♥La calle está helada, mi corazón caliente.
