Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

miércoles, 27 de abril de 2022

 

Lo más duro que he aprendido en mi vida ha sido a despedirme.

Nunca voy a olvidar cómo tuve que arrancar una a una todas las partes que había construido para un mundo en el que no existía un sin ti.

Aprendí poco a poco. Me enfrente a la pérdida más dura que he sentido hasta ahora. Fue infinitamente cruel extremadamente doloroso asumir que nunca habría un nuevo día en el que estuvieras tú, simplemente junto a mí.

Me volví más fría. Se cayeron ideas, se cayeron demasiadas cosas que aún me cuesta masticar. El dolor no termina solo aprendes a vivir sabiendo que existió.

Ahora no me cuesta asumir el adiós. Tu marcha fue el camino que me enseñó que todos acaban bifurcándose. Y el daño me parece simplemente un rasguño en comparación con aquello. 

Sé que nunca lo voy a olvidar, que nunca voy a olvidarte. Irás conmigo allá donde vaya, hablaré de ti, como siempre incluso desde la sonrisa. Qué largo, qué largo de verdad el camino. Qué duro y que difícil. Y sin embargo, qué fácil me parece ahora todo, qué falta de miedo la que me persigue ahora que ya no lo tengo cuando reconozco que todo algún día se esfumará como lo hiciste tú y ya no duele. Es imposible que ya asuste asumir el adiós cuando vi cómo se alejaba la vida que soñé contigo.