Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

miércoles, 9 de febrero de 2022

 

Una vez me vi siendo seis manos las que jugábamos a la vez a hacer de otros cuerpos un parque de atracciones.

No me sentí del todo yo.

Lo llevé al otro extremo, y pensé en encerrarte en otro cuerpo y hacerlo tu casa, y me di cuenta de que eso ahora es algo que mi pecho no quiere.

Y entonces caí en que quizá hay etapas en la vida en las que no hay nada concreto en lo que poner tu energía, simplemente la enfocas en los pasos que das siendo libre y cabalgando hacia ninguna parte.

Y sin haberlo pensado nunca antes, he visto que hay mucha belleza en eso. En saber ver el cielo como algo amplio, donde todo es posible, donde tienes ya alas para volar porque son únicamente tuyas. No he aprendido a volar sola, he aprendido a volar sin nadie y que me guste. No saber volar solo debe parecerse a hacer del cielo una cárcel. Y yo amo el cielo. A veces quieres disfrutar de las nubes y te dejas tocar por ellas pero no te quedas porque no son tu nube. Pero puedes disfrutar de otras vistas, de otros paisajes, y eso también está bien.

Sin prisa, sin presiones, simplemente viviendo y ya.