Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

miércoles, 2 de febrero de 2022

 

Llorar como si fueras tormenta borracha en un cabify de camino a tu casa y darte cuenta que aunque te mantengas fría, aunque sigas tu vida, aunque mantengas tu postura recta mirando hacia delante, hay heridas que queman y que aún no han terminado de cerrarse.

Dejarte llorar y en vez de fustigarte, abrazarte por donde sí has llegado ya y dejar de pensar en los pocos pasos que aún quedan para poder decir algo tan simple y tan liberador como:

Ya no duele.