Últimamente fantaseo muchísimo con la idea de romper con todo, y simplemente un día, sin previo aviso, coger un avión y desaparecer.
Cortarme el pelo. Descubrir que sé más inglés del que pienso. Buscar un trabajo. Ser una desconocida de cualquier ciudad del mundo. Llenar una mochila de las cosas importantes y esfumarme.
No para ser otra, sino para descubrir quién soy realmente ahora. No avisar a nadie, hacerlo quizá desde allí, con una carta para las personas que más quiero, decirles que voy a buscarme, que me fui a saber más de la vida, a construirme de nuevo, a conocer mejor quien soy, a curarme, a aprender.
Ronde cada día mi cabeza y me da vértigo porque sé que soy capaz. Sin dejar pistas ni rastro. Dejar las redes sociales, borrarlas. Meditar en algún templo de Asia, que pasen los meses y no me de cuenta. Escribir mi novela. Olvidar.
Si algún día nadie sabe dónde estoy, podré decir que yo tampoco lo sabía y que sigo sin hacerlo.
Pero que sigo aprendiendo a vivir.