Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

sábado, 18 de septiembre de 2021

 

Sé que mi esencia es ser corazón. He conocido a lo largo de mi vida a personas que se rigen por la razón y sé que yo no soy así. Muchas veces, para intentar enmascararlo, he intentado hacer ver que soy más racional de lo que en verdad soy, en un intento absurdo por proteger lo que más duele que te rompan. Al final, creo que quien ha sabido mirarme sabe que formaba parte de una especie de teatro conmigo misma más incluso que con la otra persona. Sin embargo, me siento ahora mismo tan asustada, porque ahora no siento que haya ningún teatro en mi cabeza. No siento que esté haciendo por aparentar algo que en realidad no soy. Siento que aquí dentro no hay nada. Es como si poco a poco hubiese ido creciendo al rededor de él una piedra fuerte que ha ido recorriéndolo incluso sin yo darme cuenta. Creo que he puesto tanto corazón en los últimos meses en todo lo que me he permitido sentir que inconscientemente al mismo tiempo, como una enredadera gruesa, ha ido creciendo en él una pared de piedra que lo está cubriendo poco a poco. Me asusta porque esta vez no lo estoy controlando yo, no estoy haciendo yo porque sea así para que no me hagan daño. Me he abierto tanto en canal que creo que es el mecanismo de supervivencia que mi corazón ha decidido por mí y ahora no sé muy bien que es esto que late dentro de mí. Me siento asustada porque tengo un nudo en la garganta que no se va pero a la vez siento como dentro se han dejado de escuchar mis latidos. Me gustaría romper esta piedra, romperla a golpes. Pero no puedo. Es el instinto más intrínseco del ser humano, no puedo dominarlo yo. Creo que está tan herido que no ha sabido hacer otra cosa más que convertirse en piedra caliza y pararse. No sé por cuánto tiempo, no sé cómo impedirlo. Supongo, que cuando menos me lo espere algo romperá de una esta piedra aunque eso implique derramar alguna que otra lágrima y sentir que duele otra vez. Creo que cuando uno tiene el corazón tan lleno de rasguños, es el propio corazón el que ya, en el último momento, construye una puerta blindada para evitar que sientas lo que se guarda en él.