Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

jueves, 19 de agosto de 2021

 

Definición de retomar:


La vida a veces tiene algo mágico que se activa sin esperarlo y que te hace que lo que menos te esperabas que pudiera llegar a suceder, de repente se tope de bruces contigo.

Esta ya la cuento como la tercera ocasión en mi vida en la que una energía que se me escapa, me indica que había algo pendiente, que la cuenta aún no estaba pagada, que a esta historia aún le faltaban capítulos.

La primera vez me sucedió en el amor. Y fue absolutamente increíble. Pasamos un verano maravilloso, que nunca voy a olvidar. Hay historias que cuando parece que acaban no lo hacen y años después, se retoman.

La segunda vez me sucedió en la amistad. Y me alegro muchísimo de aquello. Todavía teníamos mucho que compartir, que aprender, que caminar juntos.

La tercera vez me ha sucedido hace apenas unos días. Sin más, un cúmulo de casualidades van sucediendo, una tras otra, y sin darte cuenta te van acercando más y más hasta el fin último: Aquí aún queda por contar. Y entonces reaparece ese algo que considerabas perdido, que pensabas que ya no era para ti, que lo creías fervientemente, y resulta que no.

Hay algo común en estas tres situaciones, de donde parte el matiz principal. Ninguna de ellas fueron provocadas, nadie provocó, forzó, ni hizo porque las cosas fueran de una determinada manera. Simplemente fueron. Fueron así, fluyeron así, de la manera más natural que cabe imaginar tuvieron que darse diferentes contextos y situaciones que lejos de provocarse extrañamente parecía que alguien los había preparado para que se diesen así. He aquí el matiz principal: No debemos confundir segunda oportunidad con retomar. Las segundas oportunidades normalmente nacen directamente de algo muy concreto, a veces nos las dan, a veces las damos. Eso no quita su valor, su peso y su magia, pero se sitúan muy lejos de lo que significa retomar. Cuando algo se retoma sucede de manera casi mística, no surge de la insistencia, no surge de un objetivo. Simplemente, el destino va colocando todas esas miguitas suyas para activar ese imán que hace que algo que tenía que pasar, que algo que quedaba pendiente sucediera.

Es absoluta magia, y aunque parezca mentira, me alegro de que nuevamente la vida me haya vuelto a demostrar por tercera vez, que a veces la realidad sí supera la ficción.