Los portadores de un corazón de mimbre, mienten con facilidad.
Saben ilusionarse con la más mínima mierda, que requiera el tiempo de alguien.
Sueñan sin parar.
Viven.
Todo le transporta, su mundo ya no es este, detesta tener que volver tan solo un segundo más, pide bajo este cielo azul celeste, no quiero irme de esta habitación para dos almas que son libres.