Todo le transporta, su mundo ya no es este,
detesta tener que volver tan solo un segundo más, pide bajo este cielo azul celeste,
no quiero irme de esta habitación para dos almas que son libres.
Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.
CVL
domingo, 19 de diciembre de 2010
Un puñado de sentimientos exportados en una mano, que la transforman en mágica.