Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

sábado, 25 de diciembre de 2021

 

Yo no puedo ser quien no soy.

Mataría a sangre fría a la niña sensible que habita estas paredes y no me lo pensaría dos veces.

Todo sería mucho más fácil.

Deshacerme de ella de la manera más cruel.

Sin embargo, a veces la miro y pienso que sin ella no habría sentido ciertas cosas de la manera tan real que he llegado a hacerlo. Da igual bueno, malo, siempre muy real. 

A veces pienso que sin ella no tendría ojos para mirar este mundo porque directamente me volvería ciega. Viviría dormida en esta sociedad. Eso me salvaría pero también me llevaría a vivir alienada, alejada de cuestionarme lo que me rodea, de mirar más allá de las cosas.

Ser sensible puede llegar a ser un lastre. Mi sensibilidad me hace sentirme más humana y eso a veces me lleva también a ser menos feliz porque percibo las cosas hasta lo más profundo y encuentro razones crueles que rodean al ser humano.

Otras veces me hace brillar. Me hace sentir una luz en las cosas que miro, me hace hacerlas de algún modo más mías y vivirlas con una intensidad que llega a darme miedo. Si todos pudiéramos sentir por un momento lo que siente el otro, entenderíamos tantas cosas. 

Estoy sentada en mi ventana. Encerrada con el covid. No me avergüenza decir que he llorado esta mañana sin saber por qué. Son tiempos difíciles para todos. Llevamos a las espaldas una incertidumbre de la que somos presos desde hace demasiado tiempo. Extraño mi vida, la vida en libertad. He aprendido a reírme de las cosas malas y menos mal. Pero también sé que a veces lloro sin previo aviso y que forma parte de mí, de la presión, de esta situación que se ha prolongado más de lo que nadie se habría imaginado.

A mí me mantiene a flote la esperanza. La esperanza de saber que llegarán tiempos mucho mejores. La gente que me quiere y me cuida todos los días. Que está a mi lado, a la que consigo hacer reír cuando sé que lo necesitan. Por la que movería el mundo entero son el as que guardo en la manga.

Con ese as mezclado con mi esperanza, miro ahora al cielo, y me repito que flotar a la deriva también es ir hacia alguna parte.


No tengo prisa por saber a cual.