Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

martes, 7 de diciembre de 2021

 

Somos nuestros propios sepultureros de nuestros nunca jamás.

Ahora entiendo que hablaba de ti desde la rabia. Empecé a pensar lo contrario cuando me di cuenta de que no quería verte pensando que era por rabia. El tiempo es sabio, te trae respuestas y ahora entiendo que me pasaba porque me dolía y porque no estaba conforme ni orgullosa. Llevo varias semanas pensando en nuestra amistad. En tu risa y en tantos momentos comunes. En todos estos meses siendo dos desconocidos. Y entonces, justo cuando concentro parte de mis pensamientos en ti, llega una llamada. Y manda a tomar por culo el nunca jamás que grité desde la rabia. 

Odio la rabia porque te ciega. La rabia te hace pensar que no sientes más que eso. Lo cubre todo. Pero cuando se pasa empiezas a darte cuenta que la rabia no era nada. Que había muchas otras cosas debajo. Algo que parece que se ha olvidado y que lo cambia todo: sentimientos.

Y entonces, mando otro nunca jamás de mi larga lista a tomar por culo. Y entonces pienso en la casualidad de llevar semanas pensando en alguien y que justo suceda. Estoy convencida de que las personas nos pensamos a la vez más de lo que pensamos porque la energía es, a veces, demasiado fuerte. 

Y entonces, nuevamente me doy cuenta de lo inútil que es la rabia y de lo que puede llegar a engañarte.