Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

lunes, 6 de diciembre de 2021

 

Me da profundo miedo haber normalizado la falta de respeto.

Me asusta porque no quiero ver en el respeto algo extraordinario sino algo básico.

Siento temor a pensar que el cuidar y el tener en cuenta al de enfrente lo visualice como algo extremadamente inusual.

Me asusta ser injusta porque no es lo frecuente en mi vida, pero uno acaba normalizando determinadas cosas después de ciertas experiencias y te das cuenta que en la vida habrá personas que maltratarán con todas sus fuerzas todo lo vivido reduciéndolo al despropósito. Pero tienes que luchar contra eso porque, no es lo corriente. Lo que vives tiene un increíble valor, tus experiencias vitales son lo que te enriquece y es gracias a ellas por lo que merece la pena estar vivos. Es por ello que si en algún momento alguien decide echar mierda sobre las flores que en su día te hicieron flotar, debes protegerte. 

Normalmente a quien más se le llena la boca es quien más vacía la tiene. Y yo después de haber visto cómo han reducido el respeto que merezco a cenizas, solo me queda cogerlas y mirarlas volar. Guardar lo que sí me pertenece y mantenerlo como lo que es. Sanar todas estas secuelas que me acompañan y tener esperanza en que lo que yo soy y lo vivido si tiene un valor. Al menos, para mí.

No soporto el egoísmo porque me ha costado mucho ser quien soy. Porque sé que solo te aleja de lo que vale la pena. Porque mirarme únicamente a mi misma se parece a un entierro donde solo se presenta ta en muerto frente a la nada. Por eso elijo crear bonito, y apreciar todo lo que con estas manos he creado en estos años. No todos van a mirar por ti. Me he dejado la piel en mantener intacto lo que penetra en el interior pero ya no hay más piel que sacrificar. Y sigo sin entender como se puede apuñalar de esta manera lo que se ha llegado a amar. Pero ya no me lo pregunto. Simplemente, entiendo, que habrá personas que con las mismas manos que te adoraban, congelarán el recuerdo para estampar lo contra el suelo y hacer mil añicos. Por eso, sigo luchando por volver a creer que nunca más volveré a ser un chasquido de dedos, que sí que servirá en otras caras lo que yo sembraré en ellas, que si una vez fui tan poco frente a las muchas que no lo fui, puede quedarse en la excepción. ¿De qué sirve entonces lo que vives si cuando se pasa, acabas destrozándolo? No quiero tener un cúmulo de historias destrozadas. De lugares rotos donde fui feliz, de momentos que van a formar parte de mí para siempre. ¿Para qué sirve entonces crear y lo que creas al final se pasa y se acaba llenando de lodo? Ni siquiera es justo para uno mismo hacer eso. Ni siquiera es justo para tu propia vida. 

Ya no voy a volver a verme tirada, con palabras que se lleva el viento, sin que mi tiempo y mi persona valgan menos que nada.