Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

sábado, 6 de noviembre de 2021

 

Me gustaba quererte. Me gusta hacerlo. 

Me gustaba quererte cuando tú me querías.

Ahora, que de alguna manera aún lo hago, me pregunto de qué sirve sembrar flores en esta tierra seca. Me pregunto cuántas semillas más quedan en mi bolsillo. Siento que son pocas. Visualizo el futuro que enterraste en la misma tierra donde yo las siembro, porque pienso en él, pienso en todas esas cosas, en todo ese tiempo que nos pertenecía y que no fue nuestro y me duele la arena. Y me vuelvo desierto. Miro hacia delante, te siento y no te veo. Yo siempre fui de sentir, pero no puedo visualizarte y cuando uno está a un paso de cambiar sentir por ver está a un paso de cambiarlo todo. Me pregunto si alguna vez alguien volverá a conseguir que vuele como tú lo conseguías. Si es justo para la propia vida arrojar al mar una conexión que la gente se pasa precisamente buscando toda su vida, y mirar hacia otro lado. Me respondo que no. Pero empieza a pesar poco mi respuesta porque tú ya no preguntas y yo entonces, qué tengo para responder.

¿De qué me sirve seguir sintiendo que apuesto por ti si por mí seguirías con tus bolsillos intactos? ¿De qué me sirve seguir cuidando todo aquello cuando a la otra parte ya no le importa? ¿De qué me sirve llamarte historia mientras me llamas anécdota?

¿La capacidad de sentir te la puede robar una experiencia?