Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

lunes, 27 de septiembre de 2021

 


"...Estaba tan guapa, 

tan guapa como la primera vez,

tan guapa como los finales tristes

que terminan con un beso, 
como esas tormentas que te ahogan
si no te mojan, 
tan guapa 
como esas mujeres que
-por fortuna o por desgracia- 
son para toda la vida.

Sueño tanto con ella
que verla es como seguir dormida..."


Leyendo este fragmento de un poema precioso de Elvira Sastre, me doy cuenta de que irremediablemente aparece tu nombre 
para hacerme cosquillas en alguna parte de mí.
Me dejo tocar y me toca. 
Tu nombre es un enorme mundo
de cuatro letras.
Descubro entonces que, sigo amando lo que en él habita.
Y sin embargo, también comprendo que lo que habita en él, no eres tú.
Yo sigo enamorada de tu nombre,
de cómo sonaba en mis labios,
de cómo se oía cuando
a otros les contaba sobre ti.
Pero entonces,
sé que tu nombre ya no es tuyo,
ahora te llamas así.
No te pertenece ese nombre
que yo te doy,
que yo te daba.
La dueña es otra mujer
que jamás habría querido
que nadie me llamase
como ahora lo hace tu nombre.
Así que,
estoy aprendiendo a separarte
a ti de ti,
las dos caras de tu moneda.
Nunca había visto a un atardecer prender fuego de esta manera
a mi cielo,
como si mi cielo fuera papel
de fumar,
como si mi cielo pudiera
llenarse de humo,
y qué importa que me queme,
si tú estás a salvo.