Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

lunes, 25 de diciembre de 2017


Yo no quiero ser lo que ellos quieren.

No quiero una mesa manchada de sonrisas falsas que acostumbran a salir tan solo cuando ellos quieren.
No quiero su cariño barato, con un valor tan ridículo que cabe en una habitación ridícula, llena de gente ridícula, atrofiando el verdadero significado del amor.
Me irrita demasiado pensar que soy el resultado de algo que otros han decidido que tenía que ser así.

Yo no quiero ser lo que ellos quieren.

No me digas cuando es el mejor momento para amar, porque siempre es el mejor momento.

No comercialices mis sentimientos de una manera tan ruin que para que sean reales, y peor aún sinceros, tengan que ir empaquetados por unas manos que han perdido la cuenta de cuantos...
No me digas que yo si soy digna de recibir y otros no. Porque sí, porque estoy en la parte buena y ellos en la mala, y eso me convierte en el que sale ganando.
Brindemos todos juntos, sin saber siquiera lo que nos perturba, lo que nos inquieta, lo que nos duele o nos excita, brindemos sin conocernos, porque es lo que se hace en estas fechas, porque únicamente compartimos sangre. Porque es lo que ellos quieren.

Mientras otros, que no han corrido la misma suerte, desearán ser quien no son. Porque es la otra cara de la moneda. En la que no hay brindis, ni copas, ni habitaciones ridículas en las que compartir nada ridículo.

Porque es lo que ellos quieren.

Otros, que la mayoría denominarían miserables, quizá no sepan ni de lo que hablo. No han tenido la gran suerte de vivirlo. Sí, eso es lo que nos llaman a nosotros, afortunados. Y claro que lo somos, pero no por esto, no por lo que nos han hecho creer.

Afortunada porque aún hay gente que me besa cuando quiere, que me quiere siempre, y que me sorprende... pero cada día.


Yo no quiero ser lo que ellos quieren.