Como cada 31 de diciembre, aquí me encuentro, intentando reflexionar un poco acerca de estos trescientos sesenta y cinco días que hoy ponen su broche final.
No voy a decir que haya sido un año fabuloso, porque sería rotundamente falso, pero por supuesto si que ha sido un año con grandes momentos, para mi inolvidables.
El destino ha sido generoso conmigo y ha querido cruzarme con personas maravillosas que hacen de mi vida algo más especial, y eso por supuesto es algo que agradecer y de lo que sentirse orgulloso.
En cuanto a lo malo, decir que se queda atrás sería bastante hipócrita, por lo que prefiero decir que seguirá estando ahí, haciéndome más insegura, pero a la vez más fuerte.
Si tengo que pedirle algo al 2014, lo único que realmente podría desear es que las personas a las que tanto quiero sigan ahí, con sus más y sus menos, pero ahí. Son ellos los que me hacen única y a los que tanto les debo.
Por último, solo quiero decirte que gracias por todo, que a ti te debo el mundo entero y algún día te lo recompensaré.

Feliz año nuevo.