Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

lunes, 4 de noviembre de 2013

Hace tiempo conocí a la más puta de todas. Su olor a carmín... ese olor que tanto te atrapaba se quedaba en cada rincón envolviéndote entre sus brazos traicioneros que solo sabían prometerte un mañana que nunca llegaba, que solo duraba una noche. Se colaba entre mis pensamientos cambiándolos todos, volviéndolos frágiles, haciéndome pensar que era posible lo imposible, riéndose de mi a mis espaldas cuando actuaba como ella quería, sabiendo que en realidad todo lo que me había hecho creer eran ideas estúpidas, la creencia de que tal vez, solo tal vez... Podría llegar a suceder. Pero no sucedería. Siempre traicionándome, siempre diciéndome lo que quería oír y no lo que debía. Su rostro no lo recuerdo, solo sé que se llamaba esperanza, y que si llama a tu puerta no se la debes abrir pues significará que estás perdido. 
Esperanza quiere decir que harás lo que ella quiera, que te dejarás engañar por falsos pensamientos que lejos quedan de la realidad, pues conseguirá que te juegues todo a una carta que probablemente sea pésima pero ella te habrá hecho creer que es la carta con la que ganarás el juego. Apuesta segura, ostia segura. 
Y aquí me veo ahora, empujando mi puerta para que no entre y me engatuse para que haga lo que ella quiere, para que no me haga creer que puedo conseguir lo que no está en mis manos, para que no me haga pensar que puedo tener lo que no me pertenece, lo que no es mío y no lo será. 
Lo siento, pero cuanto más lejos mejor, al fin y al cabo ya tienes en tus manos a medio mundo, déjame a mi con los pies en el suelo, que los golpes duelen más cuanto más alto subes.