Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

martes, 25 de junio de 2013

Siempre he creído que la inspiración de los grandes escritores nace en sus peores momentos, cuando no se ve la salida, cuando todo parece nublarse y necesitas expresar desde lo más hondo todo lo que llevas guardado de la forma más sincera, escribiendo. No necesitas que nadie lea lo que plasmas en cualquier papel, simplemente va saliendo de una forma u otra hasta que no tienes nada más que decir. Es sin duda alguna la mejor forma de sacar todo lo que te corrompe por dentro. Miro atrás en el tiempo, y veo como he ido, digamos "evolucionando" hasta haberme convertido en lo que soy, y me doy cuenta de todas esas cosas que me han hecho desde cometer grandes errores como desprenderme de cosas que realmente valían la pena, hasta tomar importantes decisiones que me han llevado hasta donde estoy, probablemente no en el mejor lugar, pero sí en el lugar que a mi manera he conseguido. Grandes locuras que me han hecho sonrojarme como una niña pequeña, cosas que no debería haber hecho pero hice, cosas que debería haber hecho pero no hice, dar a quien menos me daba y quitarle a quien más se merecía, siguiendo siempre una parte de mi, llamada instinto, un sexto, séptimo u octavo sentido que me empujaba a seguir adelante, a tener esperanza, porque "a las personas buenas les pasan cosas buenas". Me gustaría ser lo suficientemente fuerte para no necesitar que me griten todo lo que en parte sé, aprender que una retirada a tiempo también es una victoria, que los mil y un golpes contra el mismo muro no conseguirán derribarlo, que hay cosas que por más que se quieran, no pueden tenerse porque no depende todo y solo de ti. No sé si conseguiré todo lo que me propongo, hasta ahora no lo he hecho, pero también forma parte de la vida luchar por causas perdidas, equivocarse sabiéndolo, apostarlo todo a una sola carta y que otro se lleve todo lo que tu habías apostado, porque, a pesar de todo, ha jugado mejor que tu. No importa el donde, el cuando, ni el como, las grandes historias son las que deciden por nosotros.