Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

martes, 18 de octubre de 2011




Camino despacio para medir bien mis pasos. Tengo el paso firme, no retrocedo nunca al caminar. A lo lejos veo un bosque precioso, lleno de árboles magníficos, que me atrae con su vistoso verde, camino hasta el, quiero adentrarme en su espesura, pero derrepente, alguien me agarra y me empuja hacia atrás.

- No debes entrar ahí, es peligroso. 

Entonces mis ganas desaparecen, no me salgo del camino y continuo recta, llego a sentirme mal por haber apreciado algo perjudicante para mi. El camino es costoso, y a la larga, vuelvo a toparme con el bosque. Ahora me apetece tanto olerlo, que corro con fuerza hasta el. Pero sin querer me tropiezo. Un cartel me ha parado los pies: "Este bosque está maldito, no te dará nada, y todo lo que tengas te lo quitará"
Vuelvo a correr con fuerzas, pero esta vez alejándome de el. No quiero ni volver la mirada. Sé de sobra que volveré a acercarme a su maleza, pero ahora pienso; ¿conseguiré a pesar de mis vanos intentos, llegar hasta el?

Es tan fácil sembrar la duda en alguien como yo, que no hacen falta semillas.