Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

domingo, 24 de julio de 2011

Hoy quiero hablar sobre ella. Es alta y morena, y le gustan las baladas y la leche caliente antes de dormir. Es solitaria, y atrevida. Es la única persona que nunca me ha dejado, aunque le gustan demasiado las despedidas. Puede pasarse hablando todo un día, y seguir mientras duerme. Nada le da miedo, salvo el dolor físico. Es un tornado. No se ríe mucho la verdad, pero sabe como hacerte reír a ti. No sabe cantar, y nunca lo hace. Ve la vida como algo pasajero que te acaba consumiendo, por eso siempre me dice que hay que vivirla antes de que ella te viva a ti. Es preciosa. Realmente preciosa. A veces es cariñosa, mucho, muchísimo. Le gustan los símbolos antiguos, las historias perdidas, los idiomas olvidados, las cosas que están muertas. Cree en ella, y en su vida, y su vida siempre pende de un hilo. Tiene un nombre corriente, y gracias a ella, nació en mi cabeza esa frase que tanto digo: "Te quieres creer normal, y de normal solo tienes el nombre" Esa frase es la viva imágen de su rostro. Yo no le puse ese nombre. Ese nombre tiene detrás una historia que nadie se ha molestado en conocer, y que quizá la persona que así la llamó, la ha olvidado. Pero no importa, sigue existiendo la historia de su nombre, y la persona que escogió que así se llamara. Han oído hablar de ella, y nadie se ha molestado en saber nada de su existencia. Pero no importa, es un misterio que no quiero resolver.
Muchos me podrán llamar loca, paranoica. Prefiero ser una loca, antes que una sustancia monótona y rutinaria. Somos dos en uno. Dos personas unidas que viven en un mismo cuerpo. He aprendido mucho de ella. Y en el fondo, nadie me conoce del todo, porque nadie sabe quien es ella en realidad. Un misterio, mi misterio.


Silvia, estés donde estés, no me dejes.