Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

sábado, 4 de junio de 2011





Me gusta la idea de ser diferente y, aunque no tenga muy claro si lo soy o no, que es lo que soy, y que no, lucho por encontrar mi lugar en el mundo. Todos quieren tener una joya en su vida, pero es que yo deseo un diamante en bruto. Vivimos expuestos ante tantas diferencias, ante tantos prejuicios, verdades que son mentira, mentiras que son ciertas. Y a lo largo de nuestra vida, hemos ido recolectando perlas, personas que han aparecido, nos han dejado una anécdota, un recuerdo, una historia que contar, personas que nos han ido dejando la llave de su casa, y nosotros les hemos entregado a ellos la nuestra, algunas se han ido, otras siguen ahí. Y entre tantas perlas que aparecerán en nuestras vidas, en una de cada miles, aparecerá un diamante que te dejará una marca en la piel, que llevarás de por vida. ¿Cuántos diamantes contarás a lo largo de tu vida? Algunos, dos, otros tres, cuatro, uno, o incluso ninguno.. ¿Te crees que es fácil encontrar un diamante? Y ahora me doy cuenta de lo afortunada que soy, que millones de personas han pasado por este mundo, sin que la vida les haya regalado ningún diamante, y a mi me a regalado uno, de que por mucho que haya conocido la desesperación entre perlas, a las que quise creer diamantes, la impotencia de querer creer lo que no era, me doy cuenta de lo que realmente importa, de que a pesar del dolor, a pesar de la soledad, el miedo o la tristeza, yo puedo decir que he encontrado un diamante, quien sabe si solo el primero de otros muchos, quien sabe si el primero y el último, lo que importa es que vosotros os creis mucho por vivir entre perlas, os creeis quizá mejores porque sois todos iguales, y es que millones de personas se han muerto sin conocer a alguien que le marque para siempre, que penetre tan ondo dentro de ti, que pase lo que pase, su cicatriz irá contigo hasta el dia que te mueras, y yo tengo la grandísima suerte, de vivir habiendo encontrado un diamante tan pronto. 
El diamante que ha cambiado mi vida, que vivirá siempre en mi, pegado a mis entrañas,  en forma de recuerdo o de realidad, pero eso, ya lo decidirá el tiempo.