Todo le transporta, su mundo ya no es este,
detesta tener que volver tan solo un segundo más, pide bajo este cielo azul celeste,
no quiero irme de esta habitación para dos almas que son libres.
Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.
CVL
viernes, 11 de marzo de 2011
Pero, y siempre hay un pero,
le duelen las alas,
no hay cielo posible para ella,
y la luna parece esconderse.