Sé que existes. Que estás allí, en algún lugar, esperándome. Pero no te preocupes, nos acabaremos encontrando. Al fin y al cabo, no sabes quien soy.

CVL

viernes, 11 de febrero de 2011

Febrero.
Día 11ª:


Vivo en un mundo en el que la gente lucha por sobrevivir. Yo lucho por intervenir en la supervivencia de otros. Hablo desde la clandestinidad. Mis manos tapan mi boca suicida, que permanece en silencio, conoce el precio de una promesa. Y algo más fuerte que mis manos la callan. Algo que va más allá de cualquiera. Mi persona.


Una parte de mi, cubierta de luz. Otra oculta en la oscuridad. 

Solo aveces mis ojos deciden pintarse de verde. He descubierto en las situaciones en las que se camuflan. Nerviosismo. Ansias de libertad. Soledad. Celos.
¿Hay algo peor qué esperar cosas que no llegan nunca?


Grito en silencio.

Ansias de explotar. Caricias muy suaves, deberían serlo mucho más. El sonido de una puerta cerrarse tras de mi, vacía mi pequeña botella y me llena de soledad por un segundo.
Soy débil. Cada uno de mis suspiros sale de mi alma encendida.
Consiguió conquistar pueblos, ciudades, e incluso países.
Conquistó praderas, llanuras, caudalosos ríos, nevadas montañas, solitarios desiertos.
Conquistó grandes metas.
Pero sigue en su lucha, intentando conquistar
tu corazón.

Ella conoce el precio de todo. Todo tiene su precio, tienes que pagar el tuyo. Ella juega a ser quizás más mayor. A descubir. Juega sin saber jugar, quizás con ciertas ganas de aprender. Conoce algunas de sus debilidades, y empieza a descubrir otras que parecían ocultas. Ella no sabe bien hasta donde podrá caminar.
Ella es soñadora, impredecible, arriesgada. Ella se mete en la cama, se arropa. Ella tiene un presentimiento antes de apagar la luz. Ella tiene miedo. Pero sin saber porque, con una sensación que agarra su pecho, antes de cerrar los ojos; Ella sonríe.